martes, 14 de julio de 2009

Sabiduría de las multitudes

Siempre he creído que la comida gratis tiene poderes especiales. Aunque no me guste particularmente lo que están sirviendo, si es gratis siento una obligación moral a engullir todo lo que tengo en frente. También estoy convencido de que la comida gratis sabe mejor, de alguna forma mis papilas gustativas han sido entrenadas para creer eso. Que algo sea gratis a su vez destruye mi concepto de saciedad; por mucho que esté lleno me siento obligado a seguir comiendo hasta que se acabe. Pude haber almorzado hace una hora y si me ponen unos Doritos adelante una fuerza me mueve a comerlos. La consecuencia han sido algunas indigestiones, y más a menudo sentirme incomódamente lleno de algo que de verdad no quería comer. Tratar de conseguirle alguna racionalidad ha sido inútil.

Por eso creo que es consolador saber que no soy el único. Hace poco salió un libro dedicado exclusivamente a analizar el poder de lo gratis. Hay experimentos que comprueban que nos comportamos de forma muy distinta cuando algo es gratis en vez de simplemente muy barato; de hecho el experimento que sale en el artículo tiene que ver con comida. De lo que tengo entendido el libro no se dedica a analizar porqué los seres humanos abandonamos la racionalidad cuando algo no nos cuesta nada. Pero a pesar de eso sin duda es bueno sentirme apoyado en mi irracionalidad.

1 comentario:

H' dijo...

Recordé algo que decía mucho en el liceo: "Todo lo gratis es bueno".

Hahahah

Saludos!