Una escena de mi vida que merece ser compartida. La escena, la Avenida las Acacias de la Florida, volviendo a mi casa. 4 de la tarde, más o menos. Casi seguramente venía leyendo, pero había dejado el libro para pensar un rato. Un motorizado se me para al lado.
-Motorizado: ¡Dame tu teléfono!
- Yo: ¿Cómo?
- Motorizado: ¡Que me des tu teléfono!
- Yo: ¡No!
Sigo caminando por calle como si nada. Pienso que es bastante mala educación pedir un celular prestado de esa forma. Sin por favor ni nada. ¿Qué paso con la moral y las buenas costumbres? Sólo al llegar a mi casa me doy cuenta que fue un intento de asalto. La verdad es que hasta que comparto el cuento no estoy seguro.
Supongo que a ustedes les hace gracia que me intenten asaltar y no me dé cuenta. Acepto que es bastante curioso. Pero creo que el problema es del motorizado. Quizás piense que la gente está tan asustada que ni amenazas concretas hacen falta, que la sola presencia de un desconocido pidiendo algo lleva al venezolano a entregar lo que tiene encima. Pero, como pueden ver, alguna gente está lo suficientemente calmada, por el motivo que sea, para que eso no funcione. ¿Qué sucedió con la noción de avisar que es un asalto? ¿Tan flojos se han vuelto nuestros criminales que ni un cuchillito sacan? Ni una pistola pido, por el amor a Dios. Mi teoría es que con tanto criminal los que saben lo que están haciendo se están dedicando a crímenes mayores. A los potenciales asaltados no nos toca más que amateurs.
Oktober 29, 2023
Hace 1 año
3 comentarios:
Suerte la tuya... normalmente después de tu negación a la pretensión del "choro" suele escucharse una detonación y lo último que llegas a ver (si llegas a ver algo), es al amateur llevándose tu celular. Un consejo: entrega todo (menos el culo, cabe acotar).
Estos amateurs son los mas peligrosos por ser los mas inestables. Casi siempre tienen las bolas suficiente para disparte en mitad de la calle... yo tu me compro un Kino. Quien sabe.
Quizas fue ingenuidad... Pero un malandro armado no te hubiese perdonado ese no. Mosca...
Solo dios (en el supuesto de que exista y que te ame) sabe cuantas veces te han atracado y no te has dado cuenta. Creo que la diferencia estriba en que habias dejado por un momento el libro. Si hubieses estado leyendo, como es tu costumbre, ni te enteras. Ni dios hace milagros.
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