martes, 31 de marzo de 2009

Basta de palabrería

Me gustaría tener más claro de donde me salió la inspiración de este "post", pero un día de la semana pasada me desperté irritado con el mundo. Puede ser que la noche anterior oí el discurso "A Time for Choosing", de Reagan, y subsonscientemente activó algo en mi, pero amanecí odiando profundamente el progresivo asesinato del individuo en nuestra forma de pensar y hablar. Aquí me enfocaré en dos sintomas: el uso enfermizo de la palabara "social", que ha venido a representar todo lo bueno en la humanidad; y el culto desenfrenado al equipo, y la consiguiente marginalización de la importancia del individuo.

En las edades oscuras de la humanidad, previas al advenimiento de la conciencia social, dicen los historiadores que el trabajo en equipo no era particularmente valorado. Podrá ser cierto, pero creo que ahora el péndulo ha pasado demasiado al lado opuesto; el equipo se ha vuelto mucho más importatne que las personas que lo conforman, la capacidad de trabajar en equipo imprescindible en el trabajo. Sin el culto al equipo, cómo se explica que frases como: "el todo es más que la suma de sus partes" y "sólo somos tan fuertes como nuestro vínculo más débil" se han vuelto parte del credo de cualquier persona civilizada.

Pensemos detenidamente en lo de "el todo es más que la suma de las partes", la célebre "sinergia". Quien crea en esto como ley de vida nunca debe haber hecho un trabajo "en equipo" en la universidad, donde si tienes mucha suerte, el trabajo a duras penas llega a reflejar la inteligencia de una de las partes, ni hablar de todas. Tampoco debe haber vivido en Venezuela, ni en ningún país del Tercer Mundo, donde esperemos que el todo sea menos que la suma de las partes, porque el todo es un desastre y no quiero pensar que la suma de sus partes valga tan poco.

Si estudiamos esto de "sólo somos tan fuertes como nuestro vínculo más débil", se reafirma la idea de que se ha llevado esto de los equipos demasiado lejos. Otra vez lo del trabajo de universidad, o de colegio, sirve; uno puede hacer un trabajo excelente con un par de pendejos (y una persona pensante) de la misma forma que tres genios pueden poner una cagada. Y otra vez nos encontramos con que tenemos que esperar que existan muchos grupos que sean más fuertes que el más débil, porque hay que ver que los idiotas abundan.

Lo de "social" también hay que ponerlo bajo control. Está invadiendo todo: responsabilidad "social", consciencia "social", valor "social", sector "social" (pónganse a pensar un rato en lo absurdo de este último). Lo de valor social, como algo separado del mero valor capitalista (perverso y maligno por extensión), lo detesto y me ofende. El valor que genera una empresa, sin joder a nadie, y va a parar a sus accionistas ¿no le está generando un valor a un INDIVIDUO, que es parte de la sociedad? La necesidad de separar el valor social de esto ¿de dónde nace? Responsabilidad social, genial, pero la responsabilidad que uno tiene con gente de carne y hueso, no abstracciones teóricas, ¿en dónde queda?

No entiendo la pasión por todo lo que no puede ser asignado excatamente a nadie, sino a una masa anónima llamada "sociedad", ¿cuándo se volvió esto en el imperativo categórico (que palabrota ¿no?) de gente bien-pensante? No me parece para nada sano que el sistema de valores que impera entre la un buen grupo de venezolanos ponga consistemente, quizás ni siquiera concientemente sino a través de alguna clase de condicionamiento orwelliano, al grupo sobre la persona, a lo colectivo sobre lo individual.

1 comentario:

José Ramón Morales Arilla dijo...

Valor social... creo que alguna vez eso estuvo en la introduccion de PP, y creo que se quito.

Anyway, te lo compro a partes!