martes, 9 de septiembre de 2008

Problemas curriculares

Cuando nos sentamos a redactar nuestro currículo, siempre surge la pregunta de qué poner y qué omitir. ¿Ponemos el viaje de intercambio que hicimos hace 3 años? ¿El curso de Dios sabe qué que vimos en la universidad y ya no nos recordamos de qué trataba va? ¿Los congresos a los que hemos asistido merecen una línea? ¿Y las notas de bachillerato? Lo que si deja escasas dudas es que todo que sea experiencia laboral, a nuestra edad, va.

Por eso es que me preocupo por el chamo de nuestra edad que vi de ascensorista en un hospital de Valencia. Está bien que todo lo que es experiencia laboral va al currículo, ¿pero ascensorista?

Me cuesta mucho imaginarme profesión más inútil que el ascensorista. Ya seguro dirán burócrata, pero al menos el burócrata tiene algún poder de decisión, y su trabajo por muy mal que se haga requiere algún tipo de pensamiento. La función principal del ascensorista, de lo que deduzco, es ocupar espacio. El martes pasado éramos cuatro, y hubiéramos cabido en el ascensor, de no ser por la ascensorista sentada sobre su trono de aluminio, ocupando el puesto de dos personas. Entre las funciones secundarias seguramente están la musical, es decir, deleitar a todos los usuarios con los sonidos del chicle siendo mascado, de la lima encontrándose con la uña, del dedo tecleándo en el celular, y si uno tiene suerte, las tres simultáneamente, y el psicoanálisis público en sesiones de 30 segundos cuando los usuarios frecuentes y las amigas comparten los dilemas que llenan sus vidas.

Por lo demás me cuesta conseguirle utilidad al ascensorista. ¿Directorio? Vamos, por favor, como van a poder hacer eso si hay que ir anunciando el piso y el sentido en que va el ascensor ("Piso 6, subiendo", lo deben haber oido más frecuentemente dicho por máquinas). ¿Ayudar a marcar el piso? Por el amor a Dios, si en la mayoría de los ascensores está hasta en Braille. ¿Acelerar el tránsito? Todo iría más rápido sin una persona obstruyendo la entrada y ocupando un espacio. Lo que me queda es suponer que poseen un entrenamiento especial para calmar a la gente si se tranca el ascensor ("Cómo va estar asustado por estar aquí media hora si yo me paso aquí todo el día y ando finaaaa"), o que son grandes dirigentes sindicales y asumen esa posición para estar en contacto con los empleados. Y definitivamente no sirve a la hora de redactar currículo.

4 comentarios:

Miss Alice dijo...

Creo que este es uno de mis posts favoritos de todos los blogs... Lo del entrenamiento en caso de que se pare el ascensor, me rei sola como 10 minutos nada más imaginándome esa tragicomedia.

Loved this!!

Rol dijo...

Dude siempre me he preguntado exactamente lo mismo.
aunque nunca subestimes el poder de uno de estos funcionarios en los ascensores de las entidades publicas de este pais los cuales casi todos operan con llaves que tiene que estar pasada, y hay que manejar dos palancas y un boton para que cierre y dos mas para que suba. en ese tipo de ascensores... bienvenidos sean.

Manuel Andrés Casas dijo...

Excelente.

Toto dijo...

Lo peor es cuando se ponen creativos y encima de marcar pisos, se ponen a venderte chucherias. Una quincalla en una caja de metal. Como le dije a Manuel Andres en su post: viveza brutalidad de no superarse.