jueves, 28 de agosto de 2008

Geografía de un escritorio

Por fin se me ocurrió una idea de como responder al meme de Alicia. La teoría es que voy a describir el escritorio desde el cual estoy escribiendo como si fuera un mapa (me gustan los mapas). Ahí va:

Al norte de mi escritorio se encuentran dos juegos de mesa, uno prehístorico con el que no juego nunca, y otro más nuevo que juego con frecuencia. Sobre ellos están emplazados un estuche de cds vacío que nunca he usado y mi cartuchera con la imprescindible calculadora, que es una versión pirata de la que tenía antes que se dañara y haya gastado 50 mil en pilas pensando que era eso. Inmediatamente al sur apreciamos tres cajas para guardar papeles que deben tener otro nombre que no se me ocurre, llenas de guías de años pasados que me ha dado flojera botar. Al este de esto esta un palo de madera que por algún motivo ha tenido mi padre por más de 30 años y sigue sin encontrar uso práctico.

Ya en el centro norte del escritorio está mi bulto, vacío porque no estoy en clases, y al oeste hay tres desodorantes de marcas distintas (nivea, axe y gillete), resultado de una infructuosa búsqueda de algo que no me deje oliendo después de tres horas de hacer nada. Directamente al sur de los desodorantes hay un cenicero, sin usar, lleno de otras cosas que nunca uso como unos audífonos (los audífonos del centro oeste llamémoslos), un coranzoncito de goma que no se donde salió, y una pelota de fútbol de miniatura aún mas difícil de explicar.

En la zona centro sur del escritorio yacen un despertador casio, una lámpara halógena, el cargador de mi celular (desconectado), y una cesta que contiene lápices (no uso bolígrafos porque no se puede borrar), marcadores de pizarrón gastados de la prepa, un bicho de esos para ajustarse los zapatos (otra cosa que debe tener nombre) y un león de peluche pequeño con el uniforme de Italia, que supongo que se escapó del cuarto de mi hermano. Al extremo oeste, en la frontera con al pared, está el tomacorrientes, del cual sale una maraña de cables que habita el resto del centro sur del escritorio.

Si nos adentramos más hacia el sur del escritorio, descubriremos que los cables llevan a mi querida laptop IBM (de antes que la compraran los chinos), que está flanqueada al norte y al sur por un par de cornetas. De las cornetas sale otro par de audífonos, negros y de buena calidad, que al oeste tienen otro par de audífonos que nunca uso. Ya en el extremo sur, en el polo por decirlo así, encontramos un aparato de Wharton que creo que tiene que ver con los husos horarios, mi celular, y una bolsa roja que contiene celulares desechados, porque todavía no he pasado todos mis números al nuevo. En el subsuelo del sur yace un pipote vacío, y en la órbita está mi biblioteca, que no es más que cuadernos viejos, libros de texto viejos de Economía, leyes varias resultados de los tres años de derecho (con minúscula) que uno tiene que ver en contaduría (también con minúscula) y mi colección de novelas de Valerio Massimo Manfredi (recomiendo Alexandros y El Tirano) y de Alejandro Dumas (El Conde de Monte Cristo y la saga de los Tres Mosqueteros).

3 comentarios:

Toto dijo...

Loved the map! Me senti como en un chase!

Miss Alice dijo...

Loved it!

Manuel Andrés Casas dijo...

Igorka puntos por ingenio, que bien que desconectes el cargador cuando no lo uses para así ayudar a que el mundo se caliente menos.

Espero que encuentres un desodorante digno algún día.