martes, 13 de octubre de 2009

Psicología de clase

No es una teoría sociológica nueva, sino un fenómeno interesante que he observado en mi nuevo salón. En todo salón de clases hay gente que copia mucho y gente que copia poco. Hasta hace poco, yo era de los que no copiaba casi nada en clases. Si me hacía falta algo más extenso, se lo pedía a un amigo.

La dinámica cambia cuando estás en un salón nuevo con gente nueva, a un nivel superior. No sabes que saben los demás, que conocimiento tienen que les permite entender algo que tú no entendiste. Cuando ves a tu vecino copiar algo que ignoraste, te comienzas a preguntar si lo que creías era un detalle instrascendente es algo sumamente importante. Naturalmente tú no eres el único. Todos andan en las mismas. Entonces tienes a gente copiando en cadena, la inseguridad de uno reforzado la del otro, hasta que todos terminamos copiando idioteces innecesarias por el miedo a estar perdiendo algo.

5 comentarios:

Manuel Andrés Casas dijo...

Mientras no llegues al punto de copiar "el profesor dijo buenos días" todo está bien. Tomar apuntes en clases no es malo ni te hace menos.

Thaelman dijo...

Análisis de comportamiento colectivo. Lo que no terminé de entender es si tu te uniste a la masa de copiadores autómatas.

Jesus Andres Gorrin Leon dijo...

No te has conseguido con el dilema de prestar o no prestar. Ésa es una materia interesante. Es decir, no prestar tu cuaderno en Venezuela es para nada bien visto. No sé cuál será la reacción de un estudiante por allá. Deberías pedir un cuaderno sólo por la diversión.

Diego Perez Ara dijo...

Muy bueno gorka maria...jamas en mi vida he copiado una clase y jamás en la vida lo haré...saludos desde caracas....gran abrazo amigo..

jontxu dijo...

No me he resignado jamás a copiar apuntes. Tal vez porque no puedo "caminar y mascar chicle al mismo tiempo" o atender a la clase y copiar apuntes. Debo confesar que los ingleses son apuntistas y me toco robarme para fotocopiar (por 24 horas) los apuntes de un compañero ingles para tener verbatum lo que dijo el profesor (tuve un compañero en crimen venezolano y el inglesito siempre sospecho de nosotros, pero nunca lo pudo demostrar). No creo necesario decir que al inglesito le dieron 6 infartos en esas 24 horas y que gracias a sus apuntes aprobé la maestría. Para no entrar en detalles digamos que fue en la época de los setenta.