En un grupo de personas al cual dedico mucho tiempo hay dos personas que se quejan mucho, pero que son muy distintas. Quiero que una de ellas se caiga al Guaire cuando se está quejando, mientras que la otra me da risa y todo. He oído a muchas personas decir: "el me cae terrible, se la pasa quejándose". Yo creo hacen un mal diagnóstico del problema. La verdad es lo que cae mal es quejarse feo. Si se quejara bonito te parecería la persona más divertida del mundo.
Quejarse bonito no es algo sencillo de hacer,. Todos los quejones exitosos del mundo tenemos nuestra forma particular de hacerlo. Yo ironizo y hago chistecitos cretinos. No es la única estrategia exitosa pero me funciona.
Las personas que se quejan feo sufren de varios grandes problemas. Unos creen que quejarse se limita a describir una situación que causó incomodidad. No le ponen picante al asunto, no exageran, no actúan; se limitan a relatar los hechos como si fuera un noticiero en primera persona. "Salí de mi casa. Pisé los excrementos de un perro. Olí a pupú el resto del día. Se metieron conmigo en el trabajo. Odio a Venezuela, a los venezolanos, a sus perros." Aburrido.
Después está la gente que a la hora de quejarse busca empatía. Busca que uno sienta lo que están sintiendo, que uno comparta su odio hacia el mundo y su lugar en él. Esta gente sí exagera, a veces demasiado; actúan y sobreactúan. Los cuentos a menudo pueden ser hasta buenos. Pero uno no se siente autorizado a disfrutar el cuento. Este tipo de quejón no quiere descargar su miseria, sino hacer a los demás tan miserables como él.
De ahí a la gente que cree que el mundo conspira en su contra. Son historias de tragedias personalistas, paranóicas. Es la gente que no se conforma que decir que pisó pupú. Tiene que contarte todas las razones por las que era el peor día posible para pisar pupú. No sonríen a su patético destino, sino que se enfrentan a él con la más profunda amargura.
Pero el quejica que menos aguanto es quejica predicante. Si el mundo fuera más como él, no tendría que desatar su furia sobre los oídos de sus inocentes víctimas, a las que atormenta con relatos de su inmensa virtud y la iniquidad del mundo. No tiene la modestia para burlarse de si mismo, para encontrar atisbos de nobleza en la conducta de otros. El mundo es una mierda, y él tiene la solución. A lo que digo: "puede que la tengas, pero de ti no quiero oírla".
Si algún lector se sintió en algún momento aludido en la descripción de los malos quejones, está a tiempo de remediar la situación. Traten de quejarse bonito. O dejen de quejarse y punto.
Oktober 29, 2023
Hace 1 año
5 comentarios:
Yo me sentí aludida, pero en lo de hacer chistecitos. Lo único que hago en el blog es quejarme, pero trato de hacerlo divertido...
Hay un tipo de quejona que no soporto. Es la típica señora sobre los 50 años que todos los días tiene una enfermedad nueva, o su condición anterior se ha empeorado. Por ejemplo "Abuela, la bención. ¿Cómo estás?" - "Ay aquí mijito, con estas caderas que no son como antes. Yo no sé cómo iré a hacer, porque ninguno de tus tíos me presta atención, bla bla bla".
Gracias a dios he tenido escasa experiencia con la quejona hipocondríaca. Además leyendo tu blog me doy cuenta que caes dentro de los que se quejan bonito.
Yo cuando piso mierda...lo primero que creo es que me estoy derritiendo y después me acuerdo de Serrat y entiendo que será un día de buena suerte
Tengo un amigo que se queja en forma constante y persistente (italiano pa' mas cuento), por lo que comenzamos a decir entre nosotros...: "...te quejas más que Luigi...", como expresión máxima de la quejadera constante. El hecho es que años mas tarde el amigo Luigi tuvo la ocasión que un ilustre desconocido le espetara "...Carajo, te quejas más que Luigi...".
Se EXACTAMENTE a las dos personas en quien más pensabas cuando escribiste esto, surprisingly, las dos son muy cercanas a mi! am I right or am I right? jajajajaja
deberías escribir un comentario de tu tesis!!
te quiero iggy me haces falta y por eso leo tu blog desde vzla
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