miércoles, 27 de mayo de 2009

Estudios liberales

Pertenezco a una minoría agraviada. Se nos acusa de ser responsable de toda clase de problemas, desde la pobreza en África, a la degeneración moral de Occidente. Soy liberal. En el sentido clásico de la palabra.

Lo de que somos minoría no debe sorprender a nadie, basta con darse cuenta de la muy escasa influencia que los liberales tenemos en el mundo. No somos gobierno en casi ningún país y con escasas excepciones (oiremos de ellas más adelante) tenemos poca representación. Pero eso de ser minoría no tiene nada malo, creo que no hay ideología política alguna que pueda decir que cuenta con apoyo mayoritario. El asunto es que no veo porqué los liberales del mundo tenemos tan poca relevancia, no veo que tiene de antipática la agenda liberal como para ser casi irrelevante. En resumen, no veo porqué debemos estar agraviados.

A mi parecer la agenda liberal es medianamente atractiva aún para no liberales, aunque sea una minoría la que la comparta plenamente casi todos deben encontrar algo con que simpatizar. La agenda mínima liberal en lo económico es: reducir impuestos, eliminar regulaciones, privatizar empresas del Estado ineficientes (es decir el 99% de ellas), el libre comercio y defensa de la propiedad privada. En lo social: plena libertad de expresión, respeto a la privacidad, legalización la marihuana, separación de religión y Estado, legalización de la prostitución y más recientemente matrimonio gay (o como se quiera llamar, no importa mucho). Suficientemente vago para ser atractivo, y a las demás ideologías tampoco les hace falta explicar detalladamente hasta que punto quieren llevar sus objetivos. Obviamente solo unos pocos estaremos de acuerdo con el listado completo, pero tampoco alguien se traga el dogma conservador completo, o el social-demócrata, y aún así estas son las dos fuerzas políticas de mayor relvancia hoy en día.

Entonces, ¿por qué hay tan pocos partidos liberales relevantes en el mundo? El mayor es el FDP alemán, que en una muy buena elección llega al 15%. Los liberales más significantes en su país deben ser los liberales radicales suizos, que son el segundo o tercer partido por allá, y hay una serie de partidos liberales de menor importancia en buena parte de Europa Occidental, y que si en Costa Rica, pero ninguno de ellos muy importantes ¿Qué hace al liberalismo incompatible con el éxito político?

No creo que sea su relativo radicalismo. Hay o han habido partidos de ultra-izquierda con bastante influencia (los comunistas en Francia, Italia o India). La derecha fascistoide, anti-inmigrante e intolerante tiene bastante éxito en Europa, hasta el punto que la derecha seria tiene que adoptar algunas de sus políticas (Francia otra vez, Suiza, Austria, Italia, etc.). Con los liberales no pasa lo mismo.

La respuesta para Venezuela creo que es más sencilla que en el resto del mundo: el venezolano simplemente no es muy liberal, ni en lo social ni en lo ecónomico. Tengo la esperanza de que con el fracasa del anti-liberalismo chavista emerja un sentimiento liberal, pero creo que en lo ecónomico en particular Chávez ha movido a a la izquierda a Venezuela, o al menos a la intelectualidad bien-pensante (de la cual soy parte supongo), por un buen rato.

Ya en el resto del mundo me cuesta explicar el fracaso liberal. En Estados Unidos nos joden las reglas electorales, y el cretinismo de los Republicanos que han decidido destruir su ala del liberalismo (la del Noreste). Pero en Europa no veo el porqué de nuestra falta de popularidad. ¿Será que es difícil vender la idea de un gobierno que gobierne menos, que es problema de mercadeo? ¿Estaremos demasiado obsesionados con el purismo ideológico como para ser pragmáticos? ¿A los políticos les costará decir que que quieren llegar al poder para devolver poder? ¿Simplemente será mala suerte? ¿O en serio el ideal liberal es menos popular de lo que creo?

jueves, 21 de mayo de 2009

Antes del Diluvio

En 1757 Madame de Pompadour, amante de Luis XV de Francia, pronunció su frase más famosa: "Au reste, après nous, le Déluge", en castellano, "Por lo demás, después nuestro, el Diluvio". En poco más de 30 años colapsaría la monarquía francesa.

Debo confesar que la frase me parece genial, es una forma muy refinada y elegante de decir algo que se dice mucho. Claro, normalmente nos tenemos que calar este sentimiento en frases mediocres como"Desde que yo me gradué el colegio se ha ido a la mierda", "No sé que está pasando este año, cuando yo estaba no era así", y el clásico "Cuando yo era estudiante (o vi esa materia) teníamos que quedarnos sin dormir una semana para poder pasar"(o otras exageraciones por el estilo). Es sentimiento generalizado en todas las generaciones que nuestro grupo es la hostia, y desde que nacimos la calidad genética de la humanidad ha entrado en un marcado proceso de deterioro, y la vida se ha hecho simultáneamente más fácil (nadie ha tenido que pasar por lo que pasamos nosotros) y de peor calidad (los estándares siempre bajan justo después de que uno terminó).

Lo peor es que aún los jóvenes caemos en esta tendencia secular a decir que todo lo que viene después nunca se comparará con nosotros, inconscientemente emulando a cantidad de cretinos de tiempos pasados. ¿No es ligeramente improbable que el deterioro de la humanidad siempre venga en la generación exactamente posterior? Si todos los que decían sandeces sobre el futuro hubieran tenido razón, la humanidad hubiera revertido al chimpancé hace añales.

Y es que hasta la Pompadour se equivocó. La monarquía francesa cayó, sí, pero volvió menos de 30 años después.

sábado, 16 de mayo de 2009

Proteccionismo floral

Volviendo de un examen no encuentro nada bueno en la radio y pongo el programa de Valentina Quintero. Está entrevistando a un floricultor, a quien, para mi sorpresa, le está yendo del carajo. Tiene una finca en Mérida, una en la Colonia Tovar, y otra en otro lado, todo un empresario venezolano. Comienza la entrevista con uno de esos conmovedores cuentos del abuelo que fundó la empresa, y los descendientes que siguen el camino que el trazó, y después pasan a discutir las flores que cultiva, etc.

Lo interesante viene cuándo le preguntar al señor como hizo para tener un negocio tan exitoso. No me debió haber sorprendido la respuesta, pero aún así lo hizo. Nuestro sabio gobierno, allá por el 2002, decidió prohibir la importación de flores a Venezuela, con el objetivo de favorecer la producción nacional. Obviamente al ministro responsable de tan genial medida los floricultores de Venezuela le han regalado placas y condecoraciones por tan extaordinario servicio a la patria (lo peor es que el tipo lo dijo abiertamente), que ha impedido que nuestra noble y estratégica industria de la flor haya sido consumida por la vil Colombia.

Llevo tiempo sin oír un ataque tan eficaz al proteccionismo como el que me dio, enteramente por accidente, el programa de Valentina Quintero. Al principio todo suena genial, la producción nacional de flores se incrementó un 300%, ¿qué puede tener eso de malo? También se están produciendo cantidad de flores en Venezuela que no se producían antes, hasta tulipanes, que antes se importaban de Holanda. Te das cuenta de lo turbio del asunto cuando Valentina inocentemente le pregunta al floricultor si él exporta. En algún momento si exportaban flores a Italia responde. Pero ahora, las condiciones del mercado interno son tan favorables que no vale la pena. Las flores en Venezuela tienen mejor precio que en la Quinta Avenida de Nueva York.
¿Cómo? Según el hombre, ponga la tasa de cambio que pongas, en ningún lugar del mundo las flores tienen mejor precio que en Venezuela. Claro, lo que para él es "mejor precio" para el resto de los venezolanos es un robo. Además cuando le sumas el hecho que por el privilegio de tener las flores más caras del mundo, estamos dando créditos blandos a esta gente, entre otras medidas que con todo el descaro del mundo describió el hombre de las flores.

Yo me hubiera muerto de pena describiendo como el gobierno me da dinero para vender un producto a un precio artificialmente alto, pero al tipo le pareció de lo más normal. Por eso me parece este un caso anti-proteccionista perfecto; además que nos están jodiendo (a los consumidores y contribuyentes) por todos lados, a los beneficiarios no les parece esto un privilegio extraordinario, sino una retribución por sus esfuerzos.

jueves, 7 de mayo de 2009

8 razones para casarse con una prostituta*

1- Buen sexo (cabe suponer).

2- Buena paga (contribuye bastante a la economía familiar).

3- Pocas horas (más tiempo para que haga otras cosas).

4- Cuentos interesantes del trabajo (imagínense tener que oír los cuentos de una contadora...).

5- No tienes que preguntarte si te monta cachos, SABES que te monta cachos.

6- Posibilidad de respuestas creativas cuando preguntan por tu esposa.

7- Flexibilidad de horarios (tiempo disponible para obligaciones domésticas diurnas).

8- La cara de la gente cuando ella conteste al inevitable "En que trabajas tú?"


*Prostituta de primera ojo, no cualquier mujer de la calle